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Los 12 mandamientos

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    PRINCIPIOS Y DIRECTIVAS DEL PROGRAMA DE CRIA Y SELECCIÓN DEL PACHÓN NAVARRO

    LOS 12 MANDAMIENTOS

    Primer mandamiento

    La responsabilidad de ‘criar’: Con frecuencia, se presentan principiantes con el pedido que se les suministre una «pareja de cachorros», para que más tarde, pue­dan «criar» con ellos. Proceder en esta forma no sería «criar», sino simplemente «aparear» para ob­tener perros jóvenes, ya que a la pareja adquirida no se les puede notar qué defectos somáticos, o de otra índole, van a tener una vez terminado su desarrollo al hallarse a los dos años aptos para la reproduc­ción. Y seguramente no llegarán a ser perros perfec­tos los que sean de nuestra propiedad. Y muchas veces la consecuencia posterior es que, con estos animales fracasados, se continúe criando.

    Segundo mandamiento:

    Lo que necesitamos y queremos: La cría de un perro Pachón es la cría de un perro de utilidad como perro tradicional de caza para la escopeta y debe conservar siempre su carácter de tal, pues de lo contrario ya no es cría de perro Pachón Navarro. Lo que necesitamos y quere­mos son perros aficionados, duros, trotadores, dóciles, vivos, con nervio, inteligentes, auxiliares del cazador, de grandes facultades y mejores resultados, polivalentes y capaces.

    Tercer mandamiento:

    La cría en masa: Cría en masa o de criadero son la perdición para la cría sana de perros Pachones. Nuestros perros de caza no pueden ser mantenidos ni mucho menos criados en manada: se volverían tímidos e intratables, su aprendizaje en la caza dejaría tanto de desear que quedarían ocultas sus cualidades y se echarían a per­der. La cría en masa, al cabo de cierto tiempo, siem­pre se torna en una maldición para el criador porque lo lleva por caminos erróneos.

    Cuarto mandamiento

    Cría de aficionados:. La cría del perro Pachón Navarro debe ser una «cría de aficionados» y no puede ni debe ser practicada como la cría de otros animales, en forma de profesión, como medio de procurarse el sustento.

    Quinto mandamiento

    Consejos a principiantes: Al principiante le falta todavía el mejor consejero, o sea la propia experiencia sobre la raza del Pachón Navarro; para adquirirla más de un viejo criador ha tenido que pagar amargo tributo. Es conveniente para el principiante pedir el consejo más seguro de viejos criadores (expertos y de confianza). Por eso, el principiante, ante todo, debería solicitar y escuchar con respeto los preceptos sobre cría: criaderos en masa, estrategias de selección, aptitudes principales, las particularidades de la raza, etcétera, que aquí se enuncian, ya que tienden a preservarlo de daño, tanto a él como a nuestro perro.

    Sexto mandamiento:

    Corrientes de sangre: Para la cría tiene importancia, sobre todo, la sangre de la tercera y cuarta generación, o los bisabuelos y tatarabuelos. Asimismo, la justa combinación y complementación de las diferen­tes corrientes sanguíneas. Las aptitudes a preservar en las líneas y el valor de los reproductores comprobados.

    Septimo mandamiento:

    Dedicación y adiestramiento: La cría sólo puede dar las «disposiciones» para un buen cuerpo y un buen rendimien­to; el cuerpo perfecto lo puede desarrollar la alimentación adecuada; y la máxima utilidad en el trabajo la garantiza la dedicación al perro y el adiestramiento acertado. Cuando estas condiciones faltan no se puede hacer un reproche, más tarde, ni al criador ni a los padres del animal.

    Octavo mandamiento:

    Atención y manejo: Los daños por cría entre animales consanguíneos, frecuentemente aducidos, no se ponen de manifiesto en las especies que viven en libertad. Con mucha frecuencia, los llamados daños de cría entre consanguíneos, no son tales, sino simplemente conse­cuencia de la manutención errónea.

    Una alimentación y un manejo antinatural es la causa de muchos reveses amargos en la cría de animales; el traslado a un ambiente que no corresponde al natural; el mantenimiento bajo condiciones inadecuadas que no favorecen el desa­rrollo del cuerpo y de sus aptitudes; alimentación errónea, la eliminación de la seleccionadora lucha por la vida, la inclusión de elementos enfermos y dé­biles y su empleo en la cría; la socialización con el hombre como pieza importante en el desarrollo del cachorro de Pachón Navarro. Todos estos factores re­presentan otros tantos golpes de martillo en la con­ciencia de criadores indiferentes o desdeñosos de la suerte y el provecho de la raza.

    Noveno mandamiento

    La cría entre consanguíneos bien aplicada no conduce, por consiguiente, a un refinamiento excesivo de la raza, desaparición de la forma masculina y asentamiento de la femenina, dis­minución de la fuerza vital y potencia genésica, pérdidas de las buenas cualidades a cambio de ex­ceso de sensibilidad, desequilibrio, neurastenia y timidez. Pero sí en cambio conduce a ello la cría con perros de cria­dero, que en lugar de salir afuera, trabajar, cazar durante dos, tres o más temporadas, demostrar cualidades de utilidad para la escopeta, ser acti­vos mental y corporalmente, degeneran encerrados en criaderos para traer honores imaginarios a su mantenedor, y tales personas ofrecen a incautos aficionados.

    Décimo mandamiento

    Genealogía y descendencia: El valor como reproductor no se sabe viendo al animal, sino que puede ser establecido por su descendencia. Sin embargo, el árbol genealógico puede traer aclaración cuando los antepa­sados son bien conocidos en cuanto a sus caracteres somáticos,  sus aptitudes naturales, sus instintos de caza, su rendimiento y su descendencia.

    Undécimo mandamiento:

    Compromiso moral: Cada cazador receptor de un perro Pachón Navarro se convierte en depositario de un material genético único e irrepetible que forma parte de un patrimonio histórico colectivo. Algunos cazadores preservan sus hembras de la reproducción para evitar su desgaste; otros propietarios de machos evitan su reproducción Los efectivos de la raza son gravemente limitados. El ejemplar con el que usted caza llegará a ser brillante gracias al proceso de selección genética de aptitudes en sus predecesores y sus criadores. Con su adquisición, usted toma el compromiso moral con la raza de reintroducir su caudal genético en el colectivo, en caso de que su ejemplar demuestre una cualificación por encima de la media.

    Duodécimo mandamiento:

    Progreso genético: En un marco ‘cría de aficionados’ la acción de producir una camada distingue al criador, que se debe involucrar en un acto responsable de progreso genético colectivo. La simple reproducción no es “criar”. Recurrir al primer macho o hembra disponible por proximidad es un error. Buscará  productos que garanticen el respeto a las características tradicionales del Pachón Navarro y mejoren los rendimientos de utilidad por encima de la media. Para ello seleccionará exigentemente los reproductores por un principio de complementación, calidad constatada, equilibrio y mejora.

    La cría y selección del perro pastor alemán encarna el mayor éxito zootécnico de la cinofilia organizada. Durante más de cien años, el club del perro Pastor Alemán ha ido por delante métodos de selección, organización de pruebas y clasificación de reproductores. Siempre considerando a la raza como un perro dedicado al trabajo y supeditándolo todo a su funcionalidad.

    Los mismos principios alemanes han sido aplicados y adaptados aquí por el veterinario español Carlos Contera –recuperador de la raza- a la realidad del Pachón Navarro como perro de escopeta polivalente y funcional en el siglo XXI, con once generaciones filiales sometidas a registro y selección.

    Los responsables del club de la raza en Alemania y sus colaboradores en todo el mundo han hecho prevalecer los objetivos de utilidad –como perro de pastor, guarda y defensa- sin desatender la sanidad del colectivo racial, su tipismo, su estructura, su resistencia, su corrección de formas y su atractivo para los amantes de los perros. Los llamados ‘mandamientos’ del padre de la raza –el capitán Max Von Sthepanitz han persistido durante un siglo como verdadero eje deontológico observado rigurosamente en la cría colectiva.

    CCCPN - Círculo de Cazadores y Criadores del Pachón Navarro

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